Imagina que tu felicidad depende completamente de otra persona. Que sientes que no puedes vivir sin ella, que necesitas su aprobación en todo momento y que temes perderla. Esa es la dependencia emocional. Es como una adicción, pero en lugar de una sustancia, la persona se vuelve adicta a otra persona
La dependencia emocional puede tener varias causas, como:
Cuando no te valoras lo suficiente, buscas en otra persona la validación y el amor que crees no tener.
Temes estar solo y crees que necesitas a alguien para ser feliz.
Si has tenido relaciones en las que te has sentido abandonado o descuidado, puedes desarrollar miedo al abandono y buscar constantemente la aprobación de los demás.
Buscas constantemente la validación de la otra persona.
Temes perder a la otra persona y haces cualquier cosa para evitarlo.
Necesitas la aprobación de la otra persona para tomar incluso las decisiones más pequeñas.
Sientes celos de forma desproporcionada y tienes miedo de que la otra persona te deje.
Te sientes inferior a la otra persona y crees que no mereces nada mejor.
Trabaja en tu autoestima: Aprende a quererte y valorarte a ti mismo.
Rodeate de personas positivas: Pasa tiempo con personas que te apoyen y te hagan sentir bien.
Aprende a estar solo: Disfruta de tu propia compañía y descubre nuevas actividades.
Busca ayuda profesional: Un terapeuta puede ayudarte a identificar y superar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a la dependencia emocional.
La dependencia emocional es un problema común y no estás solo.
Superarla te permitirá tener relaciones más sanas y felices.
¡Tú te mereces lo mejor!